Las cargas de calefacción y refrigeración se pueden dividir en dos categorías principales: sensibles y latentes. Las cargas sensibles se refieren a la energía necesaria para subir o bajar la temperatura del aire, mientras que las cargas latentes se refieren a la energía necesaria para añadir o eliminar humedad del aire.
Dentro de la categoría de carga sensible, hay dos tipos de cargas: ganancia de calor sensible y pérdida de calor sensible. La ganancia de calor sensible es la energía necesaria para elevar la temperatura del aire, mientras que la pérdida de calor sensible es la energía necesaria para bajar la temperatura del aire. Dentro de la categoría de carga latente, existen dos tipos de cargas: ganancia de calor latente y pérdida de calor latente. La ganancia de calor latente es la energía necesaria para agregar humedad al aire, mientras que la pérdida de calor latente es la energía necesaria para eliminar la humedad del aire.