Los sistemas HVAC se componen de cuatro componentes principales: calefacción, ventilación, aire acondicionado y controles. La calefacción es el proceso de proporcionar calor a un espacio, generalmente mediante el uso de un horno, una bomba de calor o una caldera. La ventilación es el proceso de intercambio de aire entre el interior y el exterior de un edificio, generalmente mediante el uso de ventiladores y conductos. El aire acondicionado es el proceso de enfriar y deshumidificar el aire, generalmente mediante el uso de un aire acondicionado. Finalmente, los controles son los dispositivos que se utilizan para regular el funcionamiento del sistema HVAC, como termostatos, compuertas y sistemas de zonificación. Juntos, estos cuatro componentes trabajan juntos para proporcionar un ambiente interior cómodo y seguro.